Todos estamos sujetos a tener imprevistos, es parte de la vida. Un fondo de emergencia te puede ayudar durante esos desastres financieros. En este post te voy a enseñar paso a paso cómo iniciar tu propio fondo de emergencia.

Para establecer tu fondo de emergencia debes seguir estos pasos.

Paso 1:  Define cuánto dinero necesitas

Primero tienes que saber cuánto dinero vas a necesitar en tu fondo. Para descubrir este número suma tus gastos de los últimos tres a seis meses (dependiendo de cuán seguro deseas que sea). Incluye: renta, pagos de auto y seguro, supermercado,  gastos de servicios (electricidad, agua, internet, etc.) y gastos varios.

Básicamente cualquier gasto que tengas para vivir debe estar en esta suma. Súmalo todo y tendrás un estimado de cuánto gastas, no te preocupes si no es un número exacto, no es necesario que sea perfecto.

En esta tabla te muestro de cuál podría ser tu fondo de emergencia dependiendo de tus gastos.

Si estás empezando con tu fondo de emergencia tal vez no quieras empezar con uno de seis meses. Define objetivos de ahorro menores, en lugar de uno grande. Ahorrar no es tarea fácil, prepárate para tener éxito desde el principio. En lugar de colocarse metas para los próximos tres meses puedes empezar con metas para un mes o incluso dos semanas. Lo que sea necesario para que tu primer objetivo sea factible. Cuando alcanzas ese primer objetivo rápidamente puede darte la motivación positiva para continuar. Establece  un segundo objetivo más alto y el tercero, aún más alto. Para entonces, ahorrar se habrá convertido en un hábito y la motivación positiva que está generando alcanzar metas más pequeñas te ayudarán a avanzar hacia las más grandes.

Paso 2: Abre una cuenta y comienza con pequeñas contribuciones, pero ¡sé constante! 

Es recomendable que tengas una cuenta separada para tu fondo de emergencia. De esta manera evitarás la tentación de usar ese dinero para gastos que no sean emergencias. Puede ser una cuenta de cheques o de ahorro, no importa. Lo más importante es que no sea a la cuenta que normalmente utilizas  para pagar los gastos.

Establece tu nivel de contribución inicial en una cantidad relativamente pequeña. Eso asegurará que no estreses tu flujo de efectivo, lo que hará que sea demasiado fácil continuar con tu estrategia de ahorro.

Encuentra una cosa en tu vida sin la que puedas vivir: una vista menos al mes a la cafetería, un par de zapatos nuevos o una cena cada mes. Elije esa cantidad, ya sea $50 o $5, y comprométete a ahorrarla a intervalos regulares, por mes, por semana o por cheque de pago. La clave es que necesita constancia para convertirse en un hábito.

Paso 3. Automatiza tus ahorros

Fuera de la vista, fuera de la mente: la forma más fácil de ahorrar dinero es nunca tocarlo. La mayoría de los empleadores proporcionan depósitos directos, y algunos incluso depositarán en más de una cuenta. Si tu empleador no ofrece depósito directo, la mayoría de los bancos y cooperativas de crédito lo hacen.

Configura una cuenta separada solo para tu fondo de emergencia y haz que tu monto de contribución elegido sea depositado automáticamente, ya sea por tu empleador o tu banco. Es buena práctica hacerlo en el momento de recibir tu cheque mensual, usando la técnica de  pagarte a ti primero. 

Cuándo usar tu fondo de emergencia

Debes usar tu fondo de emergencia para cubrir emergencias médicas, de vivienda o relacionadas con el transporte. Si pierdes inesperadamente tu trabajo, también puedes usar tu fondo de emergencia para cubrir gastos de vida como servicios públicos, alimentos y alquiler o hipoteca.

Cuándo no debes usar tu fondo de emergencia

No debe usar tu fondo de emergencia para “deseos” como vacaciones, productos electrónicos y comidas. En cambio, el efectivo debe mantenerse solo para verdaderas emergencias.

¡Ahora estás listo para colocar en tus propósitos del próximo año iniciar un fondo de emergencia!